Son las 15:41, me encuentro sentada frente al computador sintiendo que las letras estan en la punta de mis dedos, salivando sílabas, reflejando a través de los ojos el torbellino que tengo dentro, lo imagino ascendente un espiral travieso aunque perverso, que arrastra y jala desde mis entrañas dolores olvidados que sepulté hace tanto tiempo.

Empuja y resta de mi piel la tibiesa del beso guardado, empuñando su garra de fuego hacia el centro mismo del alma de cada recuerdo, de mil huellas transitadas quemando todo y dejandome las cenisas como un trofeo de guerra...que hago ahora con este polvo ceniciento que no consigo retener entre mis dedos?

Es el viento la respuesta, el ascenso a la cumbre de la montaña , la liberacion de la materia debe ser paulatina, inevitable acto de voluntad involuntaria....

El viento en su curso inexacto, indomable por los hombres es distinto al agua en su fluir de vida plena, en su retorno a las montañas para una nueva alegoria de renovacion constante.

No es el agua esta vez la que requiero... es el viento.

Viento voy a ti, alada y envuelta en gaza y esperanza, convertida en la pluma de gaviota blanca en busca de su bandada.

Convencida de la fuerza que aun guardan mis ansias de ser un alma libre arrinconada en esta silla, en este piso 11 de el edificio que me alberga y que es mi jaula.